En el otoño de 2004 se estrenó una película, Olvídate de mí, en la que Jim Carrey decidía acudir a un servicio de borrado de memorías para que le hiciesen olvidar un amor roto. La película, que recomiendo encarecidamente, fue clasificada como de ciencia ficción. En esas mismas fechas una investigación científica llevada a cabo algo muy similar en seres humanos y demostraba que un recuerdo concreto, por ejemplo, un hecho traumático, se puede erosionar seriamente utilizando una droga. No se llegó a borrar la memoria, pero sí se consiguió deteriorarla eliminando el trauma asociado a la misma.
Este trabajo comenzó investigando los recuerdos traumáticos en las ratas. ¿Pero cómo se hace esto, se le pregunta por su infancia al animal? El truco está en crear una memoria sencilla que genere en la rata un comportamiento fácilmente detectable. Lo que se hace en la práctica es introducir a la rata en una caja capaz de darle descargas eléctricas y hacer que antes de cada descarga suene un determinado sonido. Cuando esto se repite unas pocas veces el animal queda condicionado y cada vez que oye el sonido se paraliza ante la expectativa de recibir otra descarga. Exactamente lo mismo que le sucede al protagonista de La naranja mecánica con la novena sinfonía de Beethoven.
La cuestión es, ¿una vez creada una memoria se puede borrar? Al parecer sí se puede, o al menos se puede en parte. Para conseguirlo pusieron a la rata en la caja y mientras volvía a oír el sonido asociado a la descarga se le administró propanolol, una droga utilizada normalmente para tratar la hipertensión. Después de esto la rata dejó de quedar paralizada al oír la señal y además el efecto fue duradero y persistió incluso aunque la droga ya no estuviese presente. Se podría pensar que la droga dañó irreparablemente el sistema nervioso de la rata y que no fue este el único recuerdo alterado. Para descartar esta posibilidad se repitió el experimento en una nueva rata con dos sonidos distintos, ambos se asociaron a la descarga eléctrica y ambos aterrorizaban a la rata por igual. Pero cuando se suministró la droga del olvido a la rata sólo uno estaba sonando. A partir de ese momento ese sonido concreto dejo de alterar al animal, pero el otro siguió teniendo el mismo efecto. Al parecer no sólo se pueden borrar recuerdos en la rata sino que se puede eliminar uno particular con precisión quirúrgica.
Si esto es sorprendente esperen a descubrir cual es el mecanismo de acción propuesto. Tenemos la impresión de que los recuerdos entran en nuestra cabeza y quedan depositadon en una biblioteca hasta que los necesitamos. Cuando queremos recuperarlos de algún modo se extrae una copia del capítulo en cuestión y se revisa. Esta descripción puede parecer razonable, pero está profundamente equivocada. Cuando recordamos algo no revisamos lo que dejamos escrito tiempo atrás. En realidad no hay biblioteca, cuando recordamos volvemos a experimentar lo que sentimos cuando almacenamos el recuerdo, volvemos a vivir lo que sucedió en una especie de realidad virtual y al hacerlo recreamos el recuerdo de nuevo. Pero este nuevo recuerdo no es igual al anterior, simplemente se basa en él puesto que se crear a partir de la reconstrucción virtual. Cada vez que rememoramos algo lo alteramos, sólo los recuerdos que no traemos a la mente se mantienen intactos. Además cuanto más significativo es un recuerdo para nosotros y más veces lo regeneramos más alterado queda con el paso del tiempo porque más veces se recrea.
El propanolol, la droga utilizada en el experimento tiene su acción alterando este proceso de regeneración del recuerdo. Cuando la rata escucha el sonido recuerda lo que hay asociado a él introduciéndose en una realidad virtual desagradable. En este preciso instante esa precisa memoria es vulnerable porque está siendo regenerada y la droga es capaz de socabar este proceso de recreación. De este modo el propanolol consigue que, a partir de este momento, la rata deje de estar perseguida por ese recuerdo. Por supuesto esto podría ser muy útil en los seres humanos, por ejemplo, en los casos de estrés post-traumático en los que los pacientes sufren las consecuencias de un hecho aterrador. La prueba se ha hecho y ha funcionado. Se ha probado con víctimas de esta afección, administrándoles el propanolol mientras recordaban sus pesadillas. Al parecer, en estos casos la memoria del episodio no ha desaparecido, pero el trauma emocional asociado al mismo sí. Parece ser que no podemos borrar los recuerdos, al menos de momento, pero podemos hacer que no nos importen. Si esto les ha parecido tentador a la vez que inquietante, pueden seguir profundizando en el tema escuchando el episodio dedicado a la memoria del excelente programa Radio Lab de la Radio Pública de Nueva York, en el que además de contar como se borran las memorias verdaderas se explica como inducir recuerdos falsos.
4 comentarios:
¿Y dónde dices que se vende el propranolol?
pero donde venden ese bendito propranalol...
lo necesito urgente
Creo que lo utilizan para la hipertensión, así puede que se esté vendiendo en farmacias con algún nombre comercial.
Eso sí, yo no me tomaría algo que está en fase de experimentación y mucho menos sin consultar a un médico.
Aunque desde luego, a veces podría ayudar.
donde puedo ir a a que me borren la memoria,me someto voluntariamente,necesito borrar a mi exnovia maria del carmen,ella no me quiere y lo estoy pasando mal,porque se que nunca volvera,ojala,pero como no lo se con seguridad,me gustaria borrar todo los recuerdos de ella,si alguien tiene alguna noticia o sabe donde te lo pueden hacer,que me escriba un correo a richy_20_19@hotmail.com
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